Ruta del río Chillar – Desde la Cantera del cerro Cruz del Pinto al Vado de los Patos.

Clásica ruta veraniega por el cauce del río Chillar, cercano a la localidad malagueña de Nerja, y enclavado dentro del Parque Natural Sierra Tejeda, Almijara y Alhama. En este caso la realizamos a finales de verano, el día 11 de septiembre del año 2.011, combinando la actividad senderista con la lúdica.

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Provincia: Málaga.
Localidad de referencia: Nerja. 
Tipo de ruta: lineal.

Distancia: 6 Kilómetros.

Época recomendada: verano.

Dificultad: Baja.

Notas: Imprescindible bañador y zapatillas de deporte o botas de senderismo viejas que puedan desecharse si resultan perjudicadas. Si te gusta la soledad, comienza la ruta temprano, al menos en el camino de ida no encontraras aglomeraciones.

Mapa general de la ruta.

Este domingo, casi de forma imprevista, nos encaminamos a eso de las nueve de la mañana, hacia el municipio de Nerja. Nuestro objetivo es realizar la archiconocida ruta del río Chillar, en su variante mas lúdica.

Para llegar a esta localidad, tomaremos la A-7, de la cual nos desviaremos hacia Nerja por la correspondiente salida, descendiendo hacia la costa, por la MA-5105, la cual confluye con la N-340 mediante una gran rotonda en la cual tomaremos la salida que indica centro urbano-MARO-Cuevas de Nerja. Al poco atravesamos por un puente el cauce del río Chillar, y nos situamos en la calle de Pescia. Pasaremos dos rotondas, para al poco llegar a una tercera, situada poco antes del estadio deportivo E. López Cuenca, y un supermercado Supersol. Realizaremos la rotonda, tomando la calle de la izquierda, denominada calle Julio Romero. Proseguiremos por esta calle hasta que junto a una placa de azulejos que reza “Almiraja I”, vemos como esta realiza una curva a la derecha. Seguiremos esta dirección, desechando una calle a nuestro frente y otra a la izquierda.

Circulamos ahora por la Avenida de la Constitución, la cual asciende levemente. A nuestra izquierda en la lejanía comenzamos a ver la silueta de una cantera. Seguimos por la Avenida de la Constitución, desechando las calles a derecha e izquierda, hasta llegar a calle Mirto, que se abre a nuestra izquierda, junto a un poste del tendido eléctrico, poco antes de una señal de calle sin salida. Tomamos por esta calle, por la cual seguimos hasta llegar a una bifurcación. Tomamos la calle de la derecha la cual asciende ligeramente. Al poco el asfalto, deja paso a un pavimento de hormigón. Todo lo que queda ahora es seguir el carril hormigonado. El carril comienza a descender, y al poco pasa bajo un viaducto de la autovia A-7. Algo después dejamos a nuestra derecha un par de grandes depósitos circulares y unas casetas. Finalmente algo más allá, pasamos por nuestra derecha una planta de procesados de áridos, para en pocos metros divisar a nuestra izquierda la blanca cantera que se encuentra enclavada en el cerro Cruz del Pinto, y la cual actualmente no se encuentra en explotación.

Cantera del cerro La Cruz del Pinto, lugar de inicio de nuestra ruta.

Aparcaremos donde mejor nos parezca. Aun es posible avanzar algo más con el coche y aparcar algo más adelante, pero el peor estado del firme, y las aglomeraciones que se forman sobre todo en fin de semana y en verano, lo desaconsejan.

A nuestra izquierda, veremos el cauce del río, comenzando a caminar en sentido contrario al que lleva la corriente de agua. Al poco a nuestra izquierda, un cartel nos informa que nos encontramos en el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.

En el tramo inicial de la ruta no es necesario caminar dentro del agua.

Pocas indicaciones daré desde este punto sobre el camino a tomar, ya que nos limitaremos a seguir el curso del río por donde mejor nos convenga, ya sea por sus orillas o más frecuentemente por el interior de sus aguas.

A nuestro paso podremos observar varias construcciones similares a esta.

Caminamos rodeados de pinares y zonas de cañaveral, así como de otras especies vegetales propias de ribera. Las aguas por las que pasamos, son transparentes, frescas y azuladas.

Caminamos por frescas y cristalinas aguas de matiz azulado.

Cuando llevamos recorridos aproximadamente un kilómetro ochocientos metros, a nuestra derecha, encontramos una compuerta, por medio de la cual se precipita al lecho del río el agua que transporta una acequia, originando un salto de agua. Pocos metros más allá, a nuestra derecha, alcanzamos el edificio de una central hidroeléctrica, la cual recibe el nombre de “Tercera Fábrica de Luz” o “Salto Grande”. En los alrededores encontraremos gran número de eucaliptos.

Salto de agua en las inmediaciones de la Fabrica de la Luz.

Continuamos avanzando, y cuando llevamos recorridos unos seiscientos metros desde la Fabrica de la Luz, a nuestra derecha, podremos observar una magnifica cascada. Se trata de un punto ineludible en el cual detenernos para tomar algunas fotografías.

Al poco encontramos esta bella cascada. Punto fotográfico ineludible.

Poco después, el cauce del rió se estrecha y encajona en una garganta labrada en los mármoles dolomíticos que integran la geología de la zona. En la Axarquía, estas gargantas estrechas, reciben el nombre de “cahorros” o “cajorros”.

Comenzamos a atravesar los cahorros.

Adosado a la pared de los cahorros crece el helecho Cabellera de Venus o Culantrillo de Pozo (Adiantum capillus-veneris).

Los cahorros del Chillar, son uno de los mayores atractivos de esta ruta. En algunos puntos, su anchura es inferior a los dos metros, mientras que su altura aproximada, es de unos 15-20 metros. Sin duda alguna se trata de otro punto fotográfico ineludible.

Parte más estrecha de los cahorros. Nótese su altura comparado con las personas del fondo.

Superada la parte más estrecha del cahorro, el cauce se ensancha nuevamente, formándose una gran poza, en la cual nos refrescamos dándonos un chapuzón.

Gran poza tras atravesar los primeros cahorros. Hace las delicias de mayores y pequeños.

Proseguimos el camino. El cauce comienza a estrecharse, introduciéndonos nuevamente en unos cahorros.

Nuevamente el río se encajona en los cahorros.

Cuando llevamos recorridos algo más de seiscientos metros desde la poza, alcanzamos otra de menores proporciones, en la cual nuevamente nos damos un baño.

En algunas zonas de los cahorros, podemos encontrar en su interior árboles abatidos.

A partir de este punto, el cauce del río se hace algo más abierto y más pedregoso, lo que hace levemente más dificultoso el avance.

A partir de ahora el cauce del río se hace más abierto.

Tambien se hace más pedregoso, formando algunas pozas de poca entidad.

Caminaremos con precaución por el cauce, procurando no resbalar en las rocas.

El tramo final de nuestra ruta, el cual alcanzamos cuando llevamos recorridos aproximadamente seis kilómetros desde nuestro punto de partida, es el más dificultoso debido a la presencia de grandes rocas y algunos saltos de agua.

El tramo final es el más dificultoso por la presencia de grandes rocas, pequeños saltos de agua y pozas.

Una vez superados, llegamos a la denominada “Poza de la Cascada” o “Vado de los Patos”, donde como su nombre indica, una cascada de unos tres metros de altura, vierte sus aguas a una poza. Este punto, marca la frontera entre el denominado Chillar bajo, de pendientes dulces y muy frecuentado por turistas y bañistas, y el Chillar alto, mucho mas agreste y dificultoso de remontar. Como es de rigor, no podemos hacer otra cosa que bañarnos en la poza y meternos debajo del chorro de agua de la cascada.

Cascada del vado de los Patos o poza de la Cascada.

Tras un rato en la zona, y después de reponer fuerzas como es debido con un suculento bocadillo, emprendemos el regreso, siguiendo el mismo camino en sentido inverso.

Antes de finalizar, quiero destacar varias cosas que me sorprendieron. Lo primero es la gran cantidad de personas que acuden a este paraje. Sabia que era una zona frecuentada, pero no podía imaginarme el gentío que se pueden encontrar en el cauce, que más bien parecía una calle céntrica de una población, en especial en el camino de vuelta, donde incluso en los cahorros teníamos que caminar ordenadamente en fila para no estorbarnos unos a otros.

Lo segundo no es nada sorprendente dada la cantidad de público que frecuenta la zona, y es la acumulación de basura y desperdicios a lo largo del cauce, sobre todo destacaré la gran cantidad de zapatillas y suelas de zapatos que podemos encontrar a nuestro paso.

Y finalmente lo tercero y mas sangrante, es la existencia de gran numero de pintadas que podemos encontrar en las paredes de los cahorros mas estrechos, algunas de ellas realizadas con pintura en spray. Sorprende que tratándose de un Parque Natural, las autoridades pertinentes no hagan nada al respecto para evitar estos actos vandálicos.

Finalmente si te decides a realizar esta lúdica y veraniega ruta, te aconsejo que lleves bañador, y unas zapatillas de deporte viejas, que en caso que resulten muy perjudicadas por la ruta, puedas desechar sin miramientos, eso si, en tu casa, no en el propio cauce como hace la gente. Los bastones de senderismo también son aconsejables, aunque no imprescindibles.