lunes, 16 de junio de 2014

Visita al Santuario de Covadonga y a Cangas de Onís.



Visita realizada al enclave del Santuario de Covadonga, el día 16 de junio. En está recorreremos la Basílica, la Santa Cueva, en la cual se encuentra la talla de la "Santina", así como sus alrededores. Una vez finalizada, nos dirigimos a la cercana población de Cangas de Onís, donde vimos algunos de sus monumentos más representativos.




 

Tras visitar el enclave de los Lagos (Ruta Circular por los Lagos de Covadonga ), no podía dejar pasar la oportunidad de acercarme al Santuario de Covadonga. Una vez recorridos los aproximados doce kilómetros que dista este, de Los Lagos, aparqué el vehículo en las proximidades de la Basílica, por donde comenzaré la visita al Santuario.

La Basílica de Santa María la Real de Covadonga, se ubica en un cerro, situado entre el Monte Auseva y el Monte Ginés. El diseño inicial de esta, fue realizado por Roberto Frassinelli. Su construcción se inicio el 30 de julio del año 1.877, siendo dirigidas las obras por el arquitecto Federico Aparici y Soriano. La Basílica fue bendecida e inaugurada el 7 de septiembre de 1.901. El edificio, pertenece al estilo neo-románico, estando edificada completamente con piedra caliza de tonos rosáceos, extraída de canteras situadas en las inmediaciones.


Basílica de Santa María la Real de Covadonga.

La basílica consta de tres naves longitudinales, siendo la central notablemente más alta que las dos laterales, y un transepto (nave transversal) que cruza de forma perpendicular las otras. El cierre de las naves longitudinales se realiza por tres ábsides escalonados. En la fachada principal, encontramos un pórtico adelantado a la nave, con tres arcos de medio punto, mediante los cuales se realiza el acceso. Asimismo en esta fachada, encontramos dos torres, rematadas cada una de ellas por medio de unas esbeltas agujas. En cada torre, encontramos la esfera de un reloj, que indican la hora de forma sincronizada. El carillón de campanas de estos relojes, tocan cada hora, la melodía del himno de Covadonga.


Basílica, explanada de acceso, y estatua de Don Pelayo.

El interior de la basílica es bastante simple y poco decorado. El altar mayor, está presidido por una imagen sentada de la Virgen con el Niño, obra del escultor Juan Samsó. Detrás del altar podremos observar una replica de la Cruz de la Victoria. También es de destacar el órgano de reciente factura (inaugurado en el año 2.001).

En la explanada exterior, que da acceso a la Basílica, encontramos el Monumento al Rey Pelayo, integrado por una estatua de bronce sobre un pedestal, la cual data del año 1.964, y cuyo autor es el escultor Eduardo Zaragoza.


Estatua de Don Pelayo en el Santuario de Covadonga.
Don Pelayo, fue el primer monarca del reino de Asturias, desde el año 718,  hasta su muerte en el año 737. Freno la expansión musulmana hacia el norte de la Península Ibérica, en la batalla de Covadonga (año 722), sentando las bases de la Reconquista de los territorios ocupados por los musulmanes, proceso que culminaría 770 años después en el año 1.492, con la ocupación del reino de Granada, por parte de los Reyes Católicos.
(Para saber más sobre Don Pelayo y la Batalla de Covadonga, recomiendo leer, este ameno artículo: http://www.abc.es/historia-militar/20130322/abci-covadonga-batalla-donde-cristianos-201303211358.html ).


La Santa Cueva, vista desde la Basílica.

Dejando atrás la basílica, me encamino a visitar la Santa Cueva de Covadonga, para lo cual solo tendré que recorrer unos pocos de cientos de metros.

En el camino, veo, situada en el mismo monte que se sitúa la Santa Cueva, y próxima a esta, una enorme campana, la cual es conocida popularmente como La Campanona. Esta campana monumental, cuya finalidad es únicamente decorativa, mide tres metros de alto, y pesa cinco mil kilos. Fue fabricada a finales del siglo XIX en la Compañía Metalúrgica de La Felguera. Se encuentra decorada con escenas de la Divina Comedia de Dante. Como curiosidad, señalaremos que esta campana fue primer premio y medalla de honor en la Exposición Mundial de París en el año 1.900.


La Campanona.

Poco después alcanzamos la Santa Cueva, a la cual podemos acceder bien mediante un túnel excavado en la roca, o bien por medio de una escalera con ciento un peldaños.


La Santa Cueva, y su estanque. De la fractura en la roca, de forma cónica situada debajo de esta, brota una cascada en las épocas lluviosas.


Santa Cueva - Detalle.

La Santa Cueva, es una oquedad situada a cierta altura, en las estribaciones del Monte Auseva. Por debajo de esta podemos ver un estanque. En épocas lluviosas, de la pared de roca situada inmediatamente por debajo de la Santa Cueva, surge una notable cascada, la cual se precipita sobre el estanque. En estas fechas (mediados de junio), la cascada es inexistente, alimentándose el estanque de la poco agua que se filtra a través de la roca.

Basílica y lago bajo la Santa Cueva.



Interior de la Santa Cueva. En ella encontramos a "La Santina", La Virgen de Covadonga.

Ya dentro de la Santa Cueva, podemos ver una capilla de estilo neo-románico, construida en los años cuarenta del siglo pasado, una serie de bancadas, así como un altar presidido por la imagen de la Virgen de Covadonga, la cual es llamada cariñosamente por los asturianos como “La Santina”.  A la derecha de la Virgen, excavado en la roca, y enmarcado por un arco de medio punto, podemos asimismo ver el Panteón Real de Covadonga. Dentro de este, en unos sencillos sepulcros, se encuentran los restos mortales de Don Pelayo, su esposa, la Reina Gaudiosa, una hermana de Don Pelayo, así como el rey Alfonso I el Católico, tercer rey de Asturias, y su esposa, la reina Ermesinda.


Fuente de Los Siete Caños.

Debajo de la Santa Cueva, en la parte izquierda del estanque, parte un pequeño camino, que nos lleva hasta una fuente. Se trata de la denominada Fuente de Los Siete Caños. De ella dice la tradición lo siguiente:

La Virgen de Covadonga
 tiene una fuente muy clara;
 la niña que de ella bebe
 dentro del año se casa.
 Al llegar a Covadonga
 No bebas agua, morena,
 Si, como dijiste ayer
 Prefieres vivir soltera.”

Asimismo, a ambos lados de la calzada que da acceso al Santuario, como custodiando la entrada, encontramos dos magnificas esculturas que representan sendos leones agazapados. Dichos leones, están inspirados en los leones que guardan la tumba del Papa Clemente XIII en el Vaticano. El león de la derecha, está vigilante, símbolo de la fortaleza de la fe. Mientras que el de la izquierda, está durmiente, simbolizando la vida eterna. Estos leones, están realizados en mármol de Carrara, por el escultor Pompeio Marchesi, y fueron trasladados en los años sesenta del siglo pasado, desde el Parque de El Pasatiempo de Betanzos (La Coruña), hasta su localización actual. En mi opinión, el león durmiente, es sencillamente magnifico.


León Durmiente.


León Vigilante.


Otra perspectiva de la Basílica.

Doy por finalizada la visita al Santuario de Covadonga, y me dispongo a regresar a Oviedo, pero antes, haré una pequeña parada en Cangas de Onís.

Una vez allí, me acerco al denominado Puente Romano, levantado sobre el cauce del río Sella. Su origen realmente no es romano, sino que data del periodo medieval. De su arco central, cuelga una reproducción de la Cruz de la Victoria.


Puente Romano de Cangas de Onís. Su construcción es realmente medieval.

Luego, asimismo visitaré la iglesia de Santa Maria, también conocida como iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, o iglesia de Arriba. De esta destacaremos su vistoso campanario de tres pisos escalonados, que decrece progresivamente en anchura.


Iglesia de Santa María o de Arriba.

En los jardines próximos a la iglesia de Santa Maria, encontramos otra estatua de Don Pelayo, esta esculpida en piedra, por el escultor Félix Alonso Arena, en el año 1.970.
El pedestal que la soporta, tiene labrado la inscripción “Don Pelayo. Primer Rey de España”.


Escultura de Don Pelayo en Cangas de Onís.


Don Pelayo e Iglesia de Santa María.

El tiempo no da para más, y abandono Cangas de Onís, poniendo rumbo a Oviedo. Una vez en el hotel, hago memoria de todo lo visto en estos fugaces alfilerazos dados en tierra asturiana durante estos tres días. Hay que descansar, mañana hay que afrontar casi los 1.000 kilómetros de regreso a  mi tierra andaluza. Sin duda alguna, hace honor a la realidad, el lema turístico escogido por esta comunidad: “Asturias, Paraíso Natural”. Habrá que volver en circunstancias más propicias…sin duda.

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